Mallorca, un paraíso recortado de la Península, ha recibido la herencia de varias culturas, comunes en otras zonas del Mediterráneo, pero no por ello ha dejado de desarrollar su cultura gastronómica propia como sello de identidad: tierra de hortalizas y frutales, un especial mimo a la cultura del cerdo, maridado con vinos de la tierra y terminando con un postre de fama indiscutible, la ensaimada. La isla de Mallorca, la más grande del archipiélago balear tiene una superficie aproximada de 3.640 km2 y en su conjunto total habitan casi un millón de personas. En su capital, Palma, viven alrededor de 416 mil personas siendo además un punto de alta concentración turística, cultural y gastronómica.
El producto gastronómico por el cual se ha apostado y se seguirá promocionando en el futuro, es un valor añadido a las múltiples ofertas que presenta el destino Mallorca, además del ya consolidado sol y playa siendo un elemento desestacionalizador y nexo de unión entre los productores y restauradores.
Los 53 municipios que conforman Mallorca atesoran un legado gastronómico prácticamente común, pero con toques especiales que hacen que cada plato adquiera una esencia particular, y esas diferencias se plasman en el rico y extenso recetario mallorquín, auténtico, genuino y guardián de la renombrada dieta mediterránea que, en colaboración con los diversos productores, han desarrollado rutas y experiencias gastronómicas por producto como puede ser el aceite, el vino o la pesca.
La gastronomía mallorquina, no es solamente degustar los productos de cercanía activando los cinco sentidos, es envolverse en el paisaje tan característico que perfila la isla: albercas, acequias y bancales de donde brotan agrestemente los olivos, un escenario creado por la mano del hombre en la Serra de Tramuntana que ha sido reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En el Pla y es Raiguer, los extensos campos de cultivo bordeados por antiquísimas paredes de piedra ofrecen una magnífica paleta de colores durante todo el año marcados por el calendario agrícola: cereales, frutales, almendros en flor y viñas, son los testigos del arduo esfuerzo de tantos para conseguir el tan merecido reconocimiento que supone obtener vinos y pimientos con denominación de origen, almendras y materias primas para obtener licores con indicación geográfica protegida.
Todas estas exquisiteces pueden encontrarse en los mercados locales, así como en los restaurantes locales y de la cocina más vanguardista. ¿Vienes a probarlos?