Muy cerca de la costa y con la cordillera al lado, Oviedo disfruta y ofrece una muy variada gastronomía, elaborada con mimo a partir de los mejores productos que aportan la pesca, la montaña, los valles y la huerta del Paraíso Natural que es Asturias.
Es una gastronomía contundente con platos y sabores propios, algunos tan conocidos como la fabada y hasta con dulces -los “carbayones”- que tienen el mismo nombre que el gentilicio oficioso de los ovetenses. Con la popular sidra y su peculiar escanciado brazo en alto regando cada celebración.
En Oviedo, buena parte de las fiestas tienen su propio menú, un calendario que empieza en otoño con “El Desarme” cuando, el 19 de octubre, en restaurantes y hasta en los propios hogares, es casi obligado reunirse en tono a la mesa para degustar cocido carmelitano, los primeros callos de la temporada y arroz con leche. Con el carnaval (“Antroxu” en asturiano), lo que se come es pote de berza, patatas y compango (chorizo, morcilla y panceta) y en Semana Santa se aprovechan las salidas a los bares de tapeo con los “ Bocados del cofrade”. El cuarto menú de esta promoción en la que se aúnan hostelería y Ayuntamiento es el de La Ascensión, una fiesta de primavera que es el homenaje de la ciudad al campo y en la que se degusta menestra de temporada, carne gobernada, con la receta “al estilo de Oviedo”, y tarta de cerezas.
Sin que falte en cada fiesta popular y en cada romería el más básico “bollo preñao” con toda la sustancia de un buen chorizo expandida dentro del bollo de pan.
Atesorar esa herencia –en Oviedo, el club de “las guisanderas” tiene hasta una escultura de homenaje- no contradice la renovación de cocineros innovadores que sorprenden en sus restaurantes con nuevas recetas.
En lo nuevo y en lo tradicional, los ingredientes siempre son el mejor producto, que en Oviedo tiene su despensa en el mercado de El Fontan. En sus puestos tientan al comprador carnes, embutidos, pollos (y su mejor versión, el “ pitu de corral”), pescados mariscos y la excelencia de esa huerta de proximidad que ofrece Asturias en hortalizas y frutas, con la manzana como reina junto a las fresas y la producción de cultivos que eran novedad pero ya tienen potencia como el kiwi o los arándanos. A su lado, otros mostradores despliegan la demostración de por qué se considera que esta es la mayor mancha quesera de Europa: más de 40 variedades de queso, un manjar con el que se puede empezar o terminar el mejor banquete.