500 años. Hicieron falta 500 años para cocinar la gastronomía de Gran Canaria. Fueron necesarios para hornear la amalgama de productos que regalaba el océano. Y para mezclarlos luego con las influencias lejanas que fondeaban por los puertos de la isla.
Porque la gastronomía grancanaria crece sobre su tradición de gran puerto del Atlántico. Viajeros de cien países distintos arribaron a Gran Canaria, y traían con ellos los sabores de diez meridianos a la redonda.
Y a todo eso sólo había que añadir el mar. Un mar multimillonario, rodeando una isla en la que fue germinando una huerta envidiable.
La despensa de Gran Canaria también tuvo suerte. Gracias al buen clima quedó repleta de productos gourmet como los tomates, las manzanas, las aceitunas, las frutas tropicales, el bienmesabe, las naranjas, el plátano dulce o la enorme variedad de pescado de los mercados. Son sólo un ejemplo de todo lo que el visitante curioso puede encontrar en nuestra isla de sabores. Una cocina perfecta para reunir en sus días de vacaciones a la buena mesa y al buen tiempo.