Pamplona ofrece a quién la visita el sabor de antaño, porque en esta tierra se ha sabido conservar un recetario tradicional que se nutre de todos los productos que proporciona el variado paisaje navarro y que hace de la comida un acontecimiento social. Pero también ha evolucionado y se ha renovado, siendo punto de mira del buen gourmet que no quiere perderse las creaciones de nuestros mejores chefs.
Saborea las excelentes verduras de la Ribera como cardo, alcachofas, pochas, espárragos o pimientos del Piquillo. No te pierdas los foies, hongos y carnes con sabor que cuentan con un complemento inmejorable, los vinos tintos, rosados y blanco con DO Navarra y Rioja. Y por supuesto, los postres, porque todavía te esperan el queso, la cuajada, los canutillos y la leche frita, que podrás rematar con el típico y digestivo licor de pacharán.
La cultura del tapeo y de sus pintxos que se concentra en las calles del casco histórico son un imprescindible para todos los que la visiten.
“Pamplona es una elegante ciudad situada en una meseta entre las montañas de Navarra. La mejor tierra que jamás haya visto”. Ernest Hemingway, 1924.