En Sevilla las calles y las plazas son lugares que respiran bienestar, una especie de confort al aire libre que las convierten en una prolongación del hogar. Esto se debe a que el espacio público se vive como lugar de encuentro y reunión: sevillanos, visitantes y tú os sentiréis formar parte de una misma especie de celebración vital.
Una cierta euforia colectiva que late alimentada de la belleza, la luz y ¡esa sonrisa que no paras de ver en las caras de la gente!