Quien brinda con un buen vino, seguro que lleva la suerte consigo

Valladolid tiene una gran variedad de denominaciones de origen que la hacen un destino imprescindible entre los amantes del enoturismo

En el corazón de la Ribera del Duero se esconde una de las mayores maravillas del enoturismo de nuestro país. Algunos la llaman “la milla de oro” mientras que otros buscan aquellas botellas que tengan la denominación de origen de la Ribera del Duero. Una ruta casi ineludible para aquellos amantes del vino.

El vino es tan importante entre los vallisoletanos que a fin de dar conocimiento sobre este producto emblemático en 1999 la Diputación de Valladolid promovió el Museo Provincial del Vino (instalado en el famoso castillo de Peñafiel). Este espacio nos enseña la magia que se esconde detrás de la riqueza enológica de la provincia de Valladolid que aglutina mayor número de denominaciones de origen de España, cinco: D.O. Tierra de León, Ribera del Duero, Cigales, Toro y Rueda, que es por cierto la Denominación de Origen más antigua de Castilla y León. Así pues, hoy hablaremos del casi centenar de bodegas que adornan los parajes de Valladolid y que se pueden ver cerca del río del Duero.

Si tenemos que hablar de las denominaciones de origen, podemos decir se trata de una zona muy agraciada en tema vitícolas. Muchos son los viñedos y exquisitos son sus sabores. Además, tras años de tradiciones antiguas han conseguido promocionarse a escala internacional. Eventos cómo el día Mundial de la Tapa (organizado por Saborea España) han contado con estas denominaciones de origen para representar el territorio español en cuestión de vinos. Quién no ha oído en los bares: “Siempre hay que tener un Ribera del Duero”. La riqueza de vinos es un sello de identidad de los vallisoletanos.

Con notas afrutadas, pero sin perder su sabor fuerte y característico. Las botellas que ostentan las denominaciones de origen de Valladolid se vuelven un espectáculo de sabores y sensaciones en los paladares de los visitantes que se atreven a probarlas. Se ha convertido en casi un mandamiento que gran parte de los establecimientos de todas la regiones de España ofrezcan alguna de las grandes variedades. Desde los tempranillos, pasando por los verdejos y sus tintos. Cada uno tiene un carácter propio e imparable.

¿Cuál es la única manera de conocer todos estos vinos? Saliendo por la puerta de casa y degustándolos entre los verdes parajes y los imponentes castillos de un territorio lleno de tradición y emoción. Así que embárcate en una aventura, dónde el buen vino y una mesa servida de buena gastronomía serán tus fieles acompañantes. Disfruta saboreando Valladolid, porque está claro que quien brinda con un buen vino lleva la suerte consigo.