Hoy Madrid produce más de 4 millones de botellas cada año, y algunas de ellas son verdaderas joyas para el paladar que merece la pena probar. Tras años de extrañeza en los que muchos expertos se sorprendían al descubrir que había viñedos asentados a pocos kilómetros de la gran ciudad, la producción se ha ido ganando un merecido respeto dentro y fuera de nuestras fronteras, donde las medallas y distinciones empiezan a reconocer la tarea de nuestro clima, nuestros suelos y nuestros profesionales