La Naranja amarga
El naranjo de Sevilla, el azahar, su fruto son una seña inequívoca de nuestra ciudad, de nuestra cultura, del mapa sensorial de olores y visiones que conforman nuestra imagen de la ciudad. Es Semana Santa y Feria de Abril.
Pero mientras que para los que somos de aquí el naranjo es principalmente sombra, perfume y estampa, para otros millones de personas, el naranjo de Sevilla, la naranja de Sevilla es parte de su gastronomía diaria, también de su cultura.
Según un dato del año 2010 de la multinacional Premier Foods, la mermelada de Naranja de Sevilla (Seville marmelade) es consumida por prácticamente la mitad de los hogares británicos.
Actualmente muchas empresas sevillanas utilizan su cáscara y su pulpa para realizar deliciosos platos, confituras y bebidas, etc.
Tierra de Naranjos
El río Guadalquivir a su paso entre Córdoba y Sevilla descubre un valle cuya frondosidad, riqueza y diversidad hace que se pueda considerar como una de las zonas productivas de naranjas más importantes de España, así como una referencia a nivel mundial.
Su color intenso, es producido por su alta concentración de minerales y vitaminas que, junto con su aportación de fibra hacen que tenga una baja acidez y un alto dulzor.
El peculiar clima del Valle del Guadalquivir, destacando sus más de 4.000 horas de sol al año, así como sus contrastes térmicos aportan un aspecto, aroma y sabor que hacen única a esta fruta.
Esta es una de las frutas con mayor concentración de vitamina C y antioxidantes, imprescindibles para mantener un estilo de vida saludable. Además el aroma cítrico, floral, refrescante y dulce de las Naranjas del Valle del Guadalquivir es bien conocido por sus propiedades antidepresivas. Una naranja ¡con carácter andaluz!