Restaurante ubicado en una palacio del siglo XVI con tres espacios gratronomicos: una cava subterranéa, donde los vinos son los protagonistas; un salón principal con capacidad para 60 comensales; y una terraza gastronómica, con vista a la Giralda, el Real Alcázar y los Jardines de Murillo. La cocina tradicional sevillana es la protagonista.